Tatiana Santo Domingo y Andrea Casiraghi el día de su boda el 31 de agosto de 2012 |
Magdalena ha sido la última novia de la realeza europea en elegir al diseñador italiano Valentino para su vestido de boda. Pero otras ilustres princesas la precedieron en su día: Magdalena de Suecia con Chris o’Neill, Máxima de Holanda, hoy reina, cuando se casó con Guillermo de Holanda; y Marie Chantal Miller, con Pablo de Grecia.
En su boda civil celebrada en Mónaco, Tatiana escogió un vestido de aire bohemio de la firma italiana Missoni, que acompañó con una bonita diadema de flores y unas sencillas sandalias plateadas. Ahora no sabemos cómo será el vestido que diseñará Valentino para ella pero a buen seguro respetará de alguna manera el aire hippy de la novia, aunque lógicamente será más tradicional que el otro al tratarse de una boda religiosa.
Magdalena de Suecia fue este verano, la última novia en vestir de Valentino. Lució un vestido diseñado por Valentino Garavani de organza y seda plisada con cuerpo de encaje de Chantilly en color marfil, con pequeño escote en la espalda y resaltando la cintura, con un ligero plisado vertical que se abre hacia la amplia falda.
Máxima Zorreguieta cautivó a todo el mundo el día de su boda, el 2 de febrero de 2002, en Ámsterdam, con el heredero de los Países Bajos, Guillermo de Orange. Llamó la atención por su enorme sonrisa y su precioso vestido de Valentino: un traje de seda mikado en color marfil, de corte imperio, con cuello chimenea, manga francesa, falda amplia con discretos bordados a los lados y una larga cola. El conjunto lo remataba con un voluminoso velo de tul de seda bordado a mano y joyas de la Casa Real holandesa, entre ellas una impresionante corona.
Marie Chantal Miller en realidad fue la pionera en decantarse por Valentino. El 1 de julio de 1995 se casó con el príncipe Pablo de Grecia, en la catedral ortodoxa de Santa Sofía de Londres, donde desató grandes elogios por su vestido. Era un elegantísimo modelo confeccionado en raso marfil con el cuerpo y las mangas de encaje bordado con flores. Además, llucía una tiara de perlas y brillantes de la reina Ana María de Grecia, su suegra. El velo era de encaje de chantilly, bordado con flores y mariposas, y medía más de cuatro metros de largo.
El velo fue bordado a mano con motivos florales y medía cinco metros de largo. |
El vestido fue realizado por 25 personas de la casa de Valentino, que tardaron cinco meses en terminarlo.