El maravilloso trascoro barroco de la catedral sevillana acogió el 23 de octubre de 1998 la boda de Eugenia Martínez de Irujo, única hija de la duquesa de Alba, y Francisco Rivera, primogénito del recordado Paquirri. Sevilla se echó a la calle para festejar en el enlace de la hija de «su» duquesa y un torero de tronío, guapo y trianero. En Fran y Eugenia se unían la casa ducal con más títulos del mundo y el heredero de tres dinastías taurinas: Rivera-Ordóñez-Dominguín. No faltó la representación de la Casa Real, pues en nombre de los reyes acudieron los duques de Lugo, quienes se habían casado en ese mismo escenario tres año y medio antes.
Al enlace de Fran y Eugenia asistieron 1.323 invitados entre los que figuraban aristócratas, toreros, artistas… Fue la boda del año y de sus protagonistas hay ya ausencias muy notables como las de Jesús Aguirre, segundo marido de la duquesa de Alba, Carmen
Ordóñez y Rocío Jurado. Parejas que parecían sólidas y felices se rompieron con el paso de los años: los duques de Huéscar, los duques de Lugo, Cayetano y Mar Flores, Jesulín y Belén… sin olvidar a los propios novios, ya que su matrimonio duró solo tres años, aunque les queda en común una hija preciosa, Cayetana, que ahora ha ejercido de madrina en la boda civil de su padre con Lourdes Montes. Recordemos cómo fue la otra boda de Fran Rivera.
Ordóñez y Rocío Jurado. Parejas que parecían sólidas y felices se rompieron con el paso de los años: los duques de Huéscar, los duques de Lugo, Cayetano y Mar Flores, Jesulín y Belén… sin olvidar a los propios novios, ya que su matrimonio duró solo tres años, aunque les queda en común una hija preciosa, Cayetana, que ahora ha ejercido de madrina en la boda civil de su padre con Lourdes Montes. Recordemos cómo fue la otra boda de Fran Rivera.