La hemos visto de granate, azul, blanco, negro… pero la verdad es que el verde no es uno de los colores que más utiliza Letizia. De hecho, a lo largo de este año la hemos visto utilizando alguna prenda verde solo en tres ocasiones más. Y sin embargo, ese fue el tono elegido para el elegante vestido que llevó a la entrega de los Premios Príncipe de Asturias. Y acertó. Sin lluvia, aunque con los gritos de fondo de algunos manifestantes que intentaban elevar sus protestas por encima del sonido de las gaitas con las que los príncipes fueron recibidos a su llegada al Teatro Campoamor, Letizia recorrió la ya tradicional alfombra azul muy guapa y un total look de Felipe Varela.
De verde esperanza. Ese fue el color elegido por Letizia para la gala de entrega de los Premios Príncipe de Asturias, celebrado la tarde del viernes en el Teatro Campoamor. Un total look de Felipe Varela, con un seductor y vaporoso vestido con el que Letizia conquistó.
Y es que la princesa lució la mejor de sus sonrisas al encontrarse de nuevo en su tierra y en estos premios tan especiales para ella, que cubrió primero como periodista y a los que asiste ya como princesa de Asturias desde 2004.
Los primeros invitados (de los 1.400 que había en total) empezaron a llegar pasados unos minutos de las cinco de la tarde, aunque los príncipes y la reina no estaban anunciados hasta una hora y media después. Y exactamente a las seis y media llegaban doña Sofía, el príncipe Felipe y Letizia, siendo recibidos por los aplausos de los muchos ovetenses que copaban los alrededores del teatro… y también por los gritos de protesta de diversos colectivos, amortiguados en buena medida por el sonido de las gaitas de la banda que recibía a los invitados.
La princesa lució un favorecedor peinado, un moño bajo con raya al lado. Los pendientes eran ls únicas joyas que se puso esa noche. |
Entre ellos, por cierto, y como ya es habitual, se encontraba Paloma Rocasolano, la madre de la princesa.
Justo antes de la reina y los príncipes, habían hecho sus entrada los galardonados este año: el director de cine Michael Haneke; la fotógrafa Annie Leibovitz; el escritor Antonio Muñoz Molina; la socióloga holandesa Saskia Sassen (que sorprendió hablando un perfecto español con acento argentino); el golfista José María Olazábal; los científicos del CERN y de la Sociedad Max Planck… y el presidente de la ONCE con dos de sus miembros, María Cristina Lucchese y Liv Parlee, que se convirtieron en protagonistas de la velada. La primera por llegar acompañada de su perro guía, Brizzy, una labrador de tres años y medio que se convirtió en el primer animal en subir al escenario en las 33 ediciones de los premios. La segunda, porque con solo ocho años (cumple nueve el próximo lunes) consiguió ganarse a todos con su simpatía y espontaneidad, empezando por los príncipes, a quienes ya había conquistado en las audiencias de esa misma mañana, donde había estado incluso demostrando su talento con el piano.
Este año por primera vez, en vez de leer su discurso, don Felipe decidió utilizar el teleprompter o autocue, un aparato electrónico que permite refleja un texto en un cristal transparente, por ejemplo… pero falló. Cosas que pasan. Por eso, a mitad del discurso tuvo que volver a los clásicos folios.
Paloma Rocasolano, la madre de Letizia, eligió en cambio un look en azul, uno de los colores de la temporada. |
El viernes por la mañana los príncipes recibieron en audiencia a todos los premiados y saltándose la colocación inicial, pusieron a la pequeña Liv entre ellos. |