El príncipe Felipe de Inglaterra, esposo de la reina Isabel II, abandonó este lunes la London Clinic, diez días después de haber sido sometido a una operación en el abdomen.
El duque de Edimburgo, de 92 años, salió del centro médico londinense caminando y se subió a un automóvil, sonriendo y saludando a los presentes, según las imágenes difundidas en directo por la televisión.
Antes, el príncipe, que según el palacio estaba “animado”, se despidió del personal que le atendió desde el pasado 6 de junio en la puerta del hospital.
Al día siguiente se sometió a una operación exploratoria programada en el abdomen, cuya naturaleza no fue precisada, pero provocada según el palacio por unos exámenes realizados la semana anterior.
El palacio anunció la semana pasada que el príncipe consorte más longevo en el puesto de toda la historia de la monarquía británica requerirá ahora un periodo de convalecencia de “aproximadamente dos meses”.
El duque, que celebró su 92 cumpleaños en el hospital el pasado lunes, recibió numerosas visitas durante el tiempo que estuvo ingresado, incluidas la de la reina y la de su primogénito, el príncipe Carlos, quien dijo el viernes que su padre estaba “mucho mejor”.
El príncipe, que ha gozado hasta ahora de una vitalidad excepcional para su edad, redujo sus actividades oficiales al llegar a los 90 años, aunque sigue cumpliendo todavía con numerosos compromisos cada año.
Esta fue su cuarta hospitalización desde finales de 2011, y también la más larga. El año pasado estuvo ingresado en dos ocasiones debido a una infección urinaria y en diciembre anterior tuvo que ser operado de urgencia de una obstrucción coronaria.