Aunque el próximo lunes se cumple un mes de su romántica boda en Estocolmo, la princesa Magdalena y Chris O’Neill se resisten a dar por finalizada su luna de miel. Ahora, tras recalar en París para compartir velada con Valentino, diseñador del vestido de novia de Magdalena, coincidiendo con la Semana de la Moda, los recién casados han prolongado su estancia en la capital francesa para ir de compras y disfrutar de la ciudad.
Magdalena y Chris no pasaron inadvertidos cuando recorrían la conocida Avenida Montaigne, feudo de las mejores firmas de moda. La princesa, que se ha aclarado la melena, lucía un traje de chaqueta y pantalón blanco, botines grises y unas gafas de sol estilo aviador idénticas a las que llevaba Chris, que se decantó por unos cómodos vaqueros y una cazadora marrón.
Todo parece indicar que la princesa Magdalena y su marido aún tardarán una semana más en regresar a Nueva York, donde se conocieron y enamoraron hace algo más de dos años. La pareja vive en un precioso apartamento en Manhattan, que ya estrenaron antes de contraer matrimonio, y a ambos les esperan allí sus respectivos trabajos, Chris en Noster Capital, compañía financiera que también tiene oficina en Londres y de la que es socio, y Magdalena en World Chilhood Foundation, la asociación en defensa de la infancia que creó su madre, la reina Silvia, en 1999.
Magdalena cumplió 31 años el 10 de junio, dos días después de su boda con Chris O’Neill. |
Y es que, según la prensa sueca, antes de regresar a Nueva York la princesa Magdalena y Chris O’Neill se unirán a la familia real sueca para celebrar el 36 cumpleaños de la princesa Victoria. Será el 14 de julio y, como todos los años, se celebrará en la explanada del viejo castillo de Borgholm, en la isla de Öland, donde los Bernadotte tienen su residencia oficial de verano, el palacio de Solliden, y donde cada mes de julio se reúnen cientos de ciudadanos suecos para felicitar a la princesa heredera.
A Chris, muy tímido, no le hacía mucha gracia ser reconocido por las calles de París. |